Los 10 libros de siempre en mi vida

Por Ásbel Quintero Moncada

1) MADAME BOVARY de Gustav Flaubert me cautivó desde su comienzo por su forma de plantear un suceso que podría encuadrarse entre lo romántico y lo trágico, pero que no cabía en el romanticismo: la historia de una mujer que decide jugársela en contra de las reglas morales de la época. Si bien el personaje tiene un final dramático, el protagonista real es el lenguaje, el estilo, lo literario.  Mucho tiempo después caí en la cuenta que había tenido en mis manos una de las más grandes obras de la literatura francesa. Ahora sé que un libro así incita, provoca al lector a seguir la huella del autor y su restante obra. Flaubert entró así en la galería de mis preferidos.

2) FICCIONES de Jorge Luis Borges. Un libro compuesto por dos colecciones de relatos, llegó en el momento de avidez de lectura del joven que sabe que los buenos libros se convierten en amigos especiales. Estos cuentos no sólo son ejemplo del uso adecuado del idioma, del manejo de la trama y la combinación de la ficción con la realidad, sino que coloca la ciencia al servicio del texto para dar la sensación de estar frente a un híbrido entre el cuento y el ensayo. “La muerte y la brújula”, “El jardín de senderos que se bifurcan”, “Pierre Menad, el autor de El Quijote”, entre otros, siguen siendo lecturas recurrentes con el paso de los años. Podría decir que no es lo mismo ser narrador que poeta-narrador porque la simbiosis favorece la narrativa y en Borges es más que evidente; el lenguaje preciso, la perfección de la frase y la economía retórica son cualidades a golpe de vista de estas piezas maestras.

3) 20 POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA de Pablo Neruda. Poeta chileno galardonado con el Premio Nobel que, a raíz de este hecho, llegó a mis manos este breve e intenso poemario. Lo disfruté verso a verso, poema a poema a tal extremo que quise aprender de memoria algunos de ellos como el poema 15 o el poema 20. La lectura me dejó en suspenso porque los poemas de amor allí reunidos salían como un canto alegre, optimista y fresco alejado de los cánones de los versos melifluos de los poetas populares. Cada poema es una melodía lírica que hace estremecer los sentimientos más íntimos, pero con una mirada optimista y sana del objeto de amor, el Eros. Leer, repito, este libro, es una corta pero intensa experiencia sobre el homenaje a ese ser que irrumpe en nuestro imaginario como: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche. / Escribir, por ejemplo: ‘La noche está estrellada, /y tiritan, azules, los astros, a lo lejos/”, “Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, / te pareces al mundo en su actitud de entrega”.

4) LA METAMORFOSIS de Franz Kafka fue un grato y asombroso descubrimiento. La brevedad del libro, la intensidad del relato, la economía verbal y la estructura precisa fueron el aliciente para que saliera transformado luego de terminar la lectura. De nada sirve leer un libro que no conmueva. Un espacio cerrado -una habitación de hombre solo- es el recurso espacial y sicológico del personaje angustiado frente a las tareas cotidianas que lo sumen ante a una familia absurda. Gregorio Samsa somos muchos, él es singular. Su drama es nuestro y no. Su estado sicológico es el de un hombre acabado.

5) EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA de Gabriel García Márquez, para mi gusto es su mejor obra. La opinión puede ser controversial, no importa, porque la estructura y la trama adecuada, los hechos narrados con personajes del drama o la comedia de vivir la vida inútil como la del Coronel tiene como fondo una burla hacia un sistema que en apariencia es justo, pero que tiene todos los elementos del drama diario de las gentes humildes que creen o creyeron en sus instituciones. Además, la mesura y acierto en el manejo de la hipérbole como recurso para burlarse de la realidad, nos remiten a los grandes textos de la ironía y absurdo. “El Coronel…” está diseñado de tal forma que no le faltan ni le sobran palabras; es una sinfonía verbal perfecta; y quizá, dentro de nuestra literatura, es la obra más perfecta.

6) EL QUIJOTE DE LA MANCHA de Miguel de Cervantes es la obra de coincidencia de las listas de libros preferidos. Pareciera que todo está dicho sobre ella, pero cada nueva lectura, cada evocación nos la presenta como fresca y actual. No sé si Cervantes fue consciente del legado estético que dejó con esta magistral novela. Bastaría decir que ella es un monumento vivo en la narrativa de todos los tiempos, llena de ironía e imaginación. El cuerdo-loco (Alonso Quijano), el hombre común y silvestre (Sancho) tejen una trama similar a la que vive cada uno de ustedes o yo. Cualquiera puede ser Quijote, cualquiera puede ser Sancho. Con esta novela se inaugura la novela moderna y se cierra el ciclo de las novelas de caballería y, además, se abre un nuevo camino para la narrativa universal. He ahí la importancia de El Quijote de la Mancha.

7) LA MONTAÑA MÁGICA de Thomas Mann llegó a mis manos después de realizar otras lecturas que iban desde la literatura a la filosofía y la sicología y quizá esta última experiencia creó las condiciones para poder leer esta novela. Creo que toda lectura es una experiencia nueva y que no debe existir presupuestos teóricos para hacerlo, aún así, es beneficioso el hecho de que nuevas incursiones literarias nos permitan acercarnos a los grandes textos. ¿Qué es lo que hace especial a esta obra? Primero, no se parece en nada a nuestro trópico y sus fríos inviernos, son temporadas de recogimiento espiritual aunque la acción no cesa; segundo, la frescura de la prosa del relato y el lenguaje. El acopio de elementos que subyacen la investigación previa para hacer que la obra sea coherente y única.

Las tribulaciones del protagonista nos hacen recordar aquella frase: “La vida no es muy seria en sus cosas” porque una visita desprevenida a un sanatorio se convierte en un viaje sin retorno; el sanatorio en morada permanente para los enfermos y de Hans Castorp como “visitante”. La novela recrea el laberinto desde el momento en que aquel que entra no puede volver a salir; es la misma encrucijada de Hans, tuya o mía. Parece como si estuviéramos condenados al dictado del destino. La técnica, el lenguaje y la investigación se conjugan en la pluma de este virtuoso hacedor de obra cumbres: Thomas Mann.

8) PEDRO PÁRAMO de Juan Rulfo, un hombre sencillo, mesurado que deja otra de las grandes proezas de la novela corta de la literatura en cuyo fondo narra la deshumanización del tiempo en un mundo despoblado de seres e invadido de ruidos de almas en pena. En esta obra todo está muerto, todo dejó de tener razón para habitar solo en el relato. La búsqueda que realiza Juan Preciado es la misma que Telémaco realizó aunque ésta, la nuestra, es el resultado de la desolación y la incertidumbre. En pocas páginas, Rulfo pinta otra obra indeleble de economía verbal y con un tiempo circular. Una novela breve compuesta de 70 pequeños relatos que se entretejen para dar la sensación de un mundo orquestado y unísono; eso es Pedro Páramo. Después de El Quijote y El coronel no tiene quien le escriba, es la tercera gran novela latinoamericana de todos los tiempos.

9) EL TAMBOR DE HOJALATA de Günter Grass. Polaco-alemán, poeta, escultor y novelista que al fin fue reconocido con el Premio Nobel, luego de una larga y exitosa producción literaria que se ve mundialmente acogido con la publicación de “El tambor…” y como el novelista más importante de la postguerra. Óskar, el niño que se negó a crecer, toca un redoblante como forma doble de divertirse y defenderse. Cada vez que es reprimido por su monótono redoblante lanza un agudo y fuerte grito que rompe todo lo que sea de vidrio a su alrededor. El simbolismo de la agresión-defensa está reunido en un ser en apariencia indefenso.

El estilo adrede en la narración que cambia de narrador de párrafo a párrafo y de una historia cargada de indicios antibelicistas, logra un cuadro excepcional dentro de la narrativa de finales del siglo XX. Las palabras de Mario Vargas Llosa que le escuché frente al asedio de un periodista, son reveladoras: “El tambor de hojalata es la novela europea más Latinoamérica”. La estructura de la obra, el tratamiento del lenguaje y la agilidad de la prosa la colocan al lado de las obras maestras del llamado “Boom” de la novela latinoamericana.

10)  ASÍ HABLABA ZARATUSTRA de Federico Nietzsche. Filósofo alemán del siglo XIX. Pensador polémico, hereje y genial. Estuvo a la altura de su momento histórico y cierra el capítulo de la llamada Filosofía Clásica Alemana. Filólogo de profesión, poeta y escritor por convicción logra la perfección de la palabra justa en la frese justa cuyo resultado es la musicalidad y el ritmo mágico del lenguaje. Se puede leer la obra como un divertimiento poético o como una obra maestra del pensamiento. Esta decisión la toma el lector. “El Zaratustra” es el relato de un hombre desadaptado en una sociedad de conformismos e incertidumbres. La angustia ante la necesidad de cambio que él percibe claramente, pero que el vulgo no ve ni quiere ver profundizan su delirante existir.  Visto el libro así es toda una provocación al lector. No es posible seguir siendo el mismo después de leer esta obra.

Algo más, después de la Biblia es la obra más bella de occidente tanto en lo poético como en el pensamiento. Puede ser leída como poesía o como filosofía; usted toma la decisión, repito.

Ásbel Quintero Moncada: poeta y escritor, docente de la Universidad Santiago de Cali. Colaborador de Barbarie Ilustrada.