Llevamos tanto tiempo siendo víctimas que ya naturalizamos esta condición y esto ha facilitado que líderes sagaces nos usen sin reparo. Christopher Lasch en El yo mínimo, puntualiza algo importante ahora que la efervescencia de la manifestación empieza a elevarse: “La herida más profunda causada por la victimización es precisamente esta: que acabamos afrontando la vida no como sujetos éticos activos, sino solo como víctimas pasivas, y la protesta política degenera entonces en un lloriqueo de autoconmiseración”.
Etiqueta: columnas de opinión
Cartas a un editor (I)
Yumbo, martes 13 de noviembre, 2012 Querido editor, Hace un mes que empezamos nuestra relación, gracias a que su revista … Más